
El nombre deriva del vocablo griego chondros (cartílago, refiriéndose a su textura) y del latin crispus (crespo o rizado, por su morfología).
En algunos países occidentales se usaba para clarificar la cerveza que se destilaba en los hogares.
Tras un hervido prolongado se obtiene una gelatina que se puede hacer más sabrosa añadiendo vino o zumo de limón, y que se les da a los inválidos para recuperar fuerzas (Prat, 1850).
A veces se convierte en una solución pegajosa para utilizarla como cola (Prat, 1850).
Se emplea en Japón de varias formas. Se conserva secado al sol. Al hervirlo se obtiene una gelatina que se puede comer o usar para almidonar prendas. (Smit , 1905).
Bibliografia: ¿Las algas se comen?.Universidad de Cadiz UCA, 2016